El viernes tocaba sesión de gimnasio, no muy intensa ya que el fin de semana va a ser duro y no me puedo agotar mucho. El sábado, el tiempo no acompañaba mucho, así que lo dediqué a hacer un poco de rodillo suave para soltar piernas y estar fresco para el domingo.
El plan para el domingo era hacer una ruta no muy larga pero exigente físicamente, con algo de desnivel para prepararme para los más de 6000 metros de desnivel positivo que tiene en el recorrido de la Traks de Lava Vulcan Bike Plus de Lanzarote.
La idea era hacer unos 90 km, subiendo La Jarosa, gran parte de Abantos y por último La Silla de Felipe II.
Desde el principio el día no comenzó muy bien. Me quedé dormido y salí muy tarde de casa pero bien armado de comida todo estaba controlado. Los primeros kilómetros eran sencillos, de rodar para ir calentando, pero ya notaba que no iría bien la cosa, tenía un fuerte dolor de tripa, pero confío en que con el tiempo se pase.
La primera ascensión (La Jarosa) se dio bien. A buen ritmo, descansado pero aún con molestias en la tripa. encaro la bajada por la pista, fácil y rápida y en seguida empieza la subida a Abantos por la carretera y así bajar por "las zetas". También subo muy bien, sin notar prácticamente cansancio pero cada vez estoy más incómodo con el estómago. Al bajar, como veo que no se me van a pasar las molestias empiezo a pensar en ir ya hacia casa, llevo algo más de 50 kilómetros y decido continuar porque son bastante pocos para el reto que tengo planteado. Además, siempre pienso que lo importante es entrenar la cabeza, y los días en los que la cosa no va bien son un entrenamiento ideal.
Tras bajar Abantos y cruzar San Lorenzo de El Escorial, pongo rumbo a la Silla de Felipe II. Es la ascensión más corta y más suave del día, pero se hizo casi la más dura. No voy mucho por esta zona y por lo tanto no conozco bien los senderos y caminos que tiene. Como catastrófico resultado, creo que he cogido los únicos caminos no ciclables que tienen este monte.
Tras tener que bajarme y empujar la bici más de una vez, decido parar un rato. Las cosas no me están saliendo bien, no estoy disfrutando, no me encuentro bien y creo que lo mejor es respirar un poco, desconectar un rato y recordar que monto en bici por diversión.
Después de 10 minutos relajado, comiendo un sándwich y disfrutando el paisaje me vuelvo a poner en pié y decido bajar de nuevo para subir por otro camino. En menos de lo que canta un gallo ya estoy coronando y comenzando la bajada. Ya van unos 60 km aproximadamente.
Ahora sólo queda llegar a Valdemorillo y volver a casa. Todavía me espera alguna subida y aunque no me noto cansado, estoy muy incómodo con el estómago y me está costando mucho pedalear con comodidad.
Al final, después de casi 5 horas contando con las paradas, 85 km y más de 1100 metros de desnivel positivo llego a casa. Los últimos kilómetros me han costado mucho, he hecho algún kilómetro menos de lo que tenía planeado, pero estoy muy contento por haber superado las dificultades y sobreponerme a los problemas.
Esta semana la estoy pasando viendo como el reto por el Síndrome de West crece día a día gracias a vosotros y descansando por un gran motivo, el fin de semana tengo pensado hacer un gran entrenamiento de 24 horas. Con la inestimable ayuda de Sandra como coche de apoyo, avituallamiento y todo lo demás, tenemos pensado hacer un test para ver qué tal respondo ante 24 horas seguidas de pedaleo. Aunque aún no tengo cerrado el recorrido, no tendrá grandes desniveles ni dificultades técnicas. Primará el hacer 24 horas sobre el hacer muchos kilómetros.
Ya os contaré qué plan tengo para el gran entrenamiento porque 24 horas dan para ir muy lejos, mientras tanto, seguid mostrando a todos vuestra lucha por el Síndrome de West, que está cruzando nuestras fronteras y llegando muy lejos.
Muchas gracias por estar ahí!!!
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