ASIMILANDO LO OCURRIDO

Exactamente 24 horas después de tomar la decisión de abandonar el reto Vulcan Bike Pedales de Lava Plus Non Stop, ya se me han pasado cosas suficientes por la cabeza como para asimilar, valorar y aprender mucho de lo sucedido.

Aprovecho también para hacer una pequeña crónica del reto, que aunque desde el facebook de Vulcan Bike Pedales de Lava y el twitter de Lanzarote Deportiva y en su web hicieron un seguimiento minuto a minuto, yo no saqué tiempo para contaros nada.

Como ya sabéis, el reto empezaba a las 21 horas de Canarias, aunque se retrasó 5 minutos porque por sorpresa se presentaron algunos medios como La voz de Lanzarote y Lanzarote Deportiva. Una breve entrevista, fotos de rigor, y a dar pedales.

Comenzaba teniendo que cruzar de noche una complicada y peligrosa zona (Los Ajaches), no por una gran dificultad técnica, sino porque puedes alcanzar grandes velocidades en lugares llenos de obstáculos, y de noche el riesgo de no ver algo por su puesto que aumenta. Salí de Los Ajaches bien, pero los aproximadamente 20 km restantes hasta Puerto del Carmen me desgastaron más de lo deseado, sobre todo moralmente. Llegué al primer punto de encuentro con Sandra bastante bajo de moral, cansado y con 40 minutos de retraso respecto al horario deseado.

Los ánimos de Sandra, como siempre, hicieron una vez más que siguiese adelante, si no es por ella me habría metido en la habitación, que no estaba a más de 300m.

Nada más salir de Puerto del Carmen, me llevé una gran sorpresa al ver el coche de Chema, mi gran amigo y hombre de Vulcan Bike, escondidito detrás de un túnel esperando mi paso para seguirme y hacerme compañía. Poco a poco las sensaciones fueron mejorando, me empezaba a encontrar mejor y lo que es más importante, volvía a disfrutar de la bici.

Tras cruzar la otra zona complicada de la noche, los acantilados de Costa Teguise sin problemas (teniendo que andar algún rato por supuesto), comenzaba la gran ascensión de los primeros 100km, la subida de la presa de La Mala. Un puerto de 7 km por una pista de tierra muy rota en algunos tramos y con bastante pendiente, en el que la sensación de ir como un profesional con el coche detrás tuyo, me hizo subir a un ritmo cómodo pero increíblemente alto. Al llegar al alto de Haría, nuevo encuentro con Sandra para reponer agua y demás y descenso hasta Orzola.

Al llegar a Orzola los ánimos estaban por las nubes. Llegaba con 15 minutos de adelanto sobre el horario previsto (recordad que salí de Puerto del Carmen con 40 de retraso) y me dio tiempo a coger el ferry de las 8:00 en vez del de las 8:30 que estaba programado. Vuelta a La Graciosa a ritmo normal, sin forzar porque no había prisa y vuelta de nuevo.

Quiero destacar el trato de la tripulación del ferry de BiosferaExpress, que desde antes de subir al barco ya me empezaron a atender como a todo un mandatario. En el ferry de ida comenté con un chico de la tripulación el reto, y en el de vuelta ya me conocía todo el mundo. Al acercarme al muelle ya me preguntaban ¿pero ya vuelves? ¿qué tal ha ido?... Al subir me pusieron en unas butacas mejores que las del cine, con espalda reclinable y todo. Me traían agua fría, me daban de comer, me ofrecían de todo... Si sirviese para algo me habrían dado el gasoil del barco incluso. Durante el trayecto me preguntaban, me animaban y me dieron consejos de los que sólo saben los que de verdad se mueven por estos terrenos; "cuidado que hoy el viento en el risco sopla lateral..." "Te va a hacer bueno en el alto del mirador"...

Una vez en Orzola de nuevo, comer un poco más y a seguir pedaleando. Comenzaba la etapa de montaña de la Vulcan Bike / Pedales de Lava Plus y con una subida de la que tenía muy malos recuerdos, la del mirador del río por el risco de Famara hasta las antiguas baterías militares. Como hoy el viento estaba respetando mucho, me costó subir mucho menos que la semana pasada y en no mucho tiempo ya estaba de nuevo con Sandra y Chema en el mirador (recordar que han dormido lo mismo que yo, cero) reponiendo fuerzas de nuevo. El siguiente paso era el pueblo de Haría y la subida al mirador. Por ahora me encontraba muy bien, con fuerzas, sin cansancio y muy animado, más aún cuando escuchamos por la radio que estaban hablando de mi reto y comentando mi situación en ese mismo momento.

Del alto de Haría, se pasa por el espectacular mirador del bosquecillo y bajada dura a Teguise por el Lomo de enmedio desde la Ermita de Las Nieves. En este punto empezaron los problemas. El calor hoy era sofocante y dentro del barranco no soplaba ni un poquito de aire que te pudiese refrescar. Aunque era bajada, la dureza de la zona exigía mucho físicamente y me empezó a pasar factura. Tras pasar por Teguise hay una breve subida por una zona cercana a la Ermita de San José y ahí terminé de caer. Me empezó a dar un golpe de calor bastante fuerte y si os soy sincero no sé como fui capaz de bajar hasta Famara, porque miraba el gps pero no veía nada y mi cuerpo ya no manejaba la bici correctamente.

Al llegar a Famara, pasé completamente de Sandra y Chema que me estaban esperando y me dirigí directamente al supermercado a comprar agua bien fría y bebida energética diferente a la que tenía (variar muchas veces ayuda al cuerpo, a mi por lo menos). Me tiré encima la mitad de una de las garrafas de 5 litros de agua que llevamos en el coche de apoyo, bebí del agua fría que compramos, bebida energética, comida y el golpe de calor se sofocó, pero el cuerpo ya no estaba igual.

Salimos de Famara dentro del horario previsto, tocaban unas pistas rápidas que me gustan mucho y que se me dan bien, pero se me dieron muy mal. Fui muy lento, me costaba avanzar y comencé a tener errores de navegación, aún conociendo el camino por el que tengo que ir. De ahí paso por La Santa y la cosa empieza a ponerse peor.

Ya no solo el cansancio físico, sino que en un terreno que conocía bien, me confundía constantemente de camino, miraba el gps y sabiendo que tenía que girar a la izquierda no se por qué yo giraba a la derecha. En una de esas me metí en un sendero que gracias a dios terminaba en una cantera, pero que perfectamente podía haber terminado en un barranco. Salí de ahí y un poco más adelante me estaban esperando Sandra, Chema y Maxi, otro hombre de Vulcan Bike, que había venido con su moto para ir delante y hacerme de guía. Pero ya no duré mucho más, en otro tramo de sendero técnico, pasé pero siendo consciente de que no tenía ningún tipo de seguridad, incluso más rápido de lo debido por no ser capaz de frenar la bici. La segunda ocasión en que me la he jugado 50/50, y ya se sabe que a la tercera...

En un cruce paré, nos reunimos los cuatro y muy a mi pesar les comuniqué entre lágrimas que no era lo más correcto seguir. Los tres hicieron muy bien su labor de animarme, apoyarme y empezaron a mover hilos para que no fuese solo ni un momento, tardase las horas que tardase (vamos a la casa de fulano que vive cerca y cogemos su bici para hacer con él los tramos que la moto no puede entrar, etc...) pero yo ya no era muy dueño de mi cuerpo. No ha sido cuestión de un mal ritmo, de una mala hidratación o alimentación, de un error en nada. Mi cuerpo ha conocido el límite de verdad.

No sé si os podéis imaginar lo que es tener que abandonar el sueño que tantos meses de trabajo, esfuerzo, tiempo y sufrimiento me ha llevado, cuando llevaba 236 km y 21 horas recorridas, o lo que es lo mismo, cuando solo me quedaban 64 km y las horas que hiciesen falta. Se me desgarraba el alma por dentro, pero sabía que si entraba en Timanfaya en este estado no iba a salir de ahí montado en bici precisamente. Podía soportar 70 km más con ese cansancio, pero era mi cabeza la que ya no respondía, no pensaba, no actuaba y no procesaba la información que leía del gps.

Lo que más se me pasaba por la cabeza erais todos vosotros que estabais apoyándome, y la sensación de que no os merecéis un abandono ni una retirada. Me habéis hecho sentir como un auténtico héroe y no os podía decepcionar. Me costó mucho asimilar que no podía seguir y seguramente es una decisión que tenía que haber tomado muchos kilómetros atrás. En seguida empezamos a recibir mensajes y llamadas de gente preguntando qué estaba pasando, que llevaban un rato sin información y eso casi te hace más daño porque ves en directo la repercusión que estás teniendo y la de gente que te está siguiendo en directo.

Una vez más, los que son más que amigos, y quien es más que novia, me hicieron sentirme como un profesional cuando me cogen la bici para subirla al coche, cuando me dedican sus primeras palabras de cariño y de orgullo tras comentar la decisión, cuando me abrigan...

No tengo palabras para describir los sentimientos que tenía (y tengo) por dentro por abandonar este reto, pero si para describir los que TODOS VOSOTROS me provocáis; SOIS INCREÍBLES.

24 horas más tarde, ya ha dado tiempo para reflexionar, escuchar, pensar, valorar... y aunque tengo una decepción enorme, no estoy arrepentido de mi decisión. Creo que la última gota de energía que tenía mi cabeza la usó para tomar una sabia decisión. Ahora que veo en mi mente como hice algunos tramos y recapacito, sé con más seguridad todavía que si hubiese continuado como poco hubiese tenido un accidente, y tenía que pasar por zonas donde un paso en falso te puede salir muy caro.

Me duele mucho no haber sido capáz de realizar un reto que he creado desde cero. Me duele mucho no llegar al objetivo que me había planteado de ser la primera persona en el mundo que... pero como me dijeron Chema y Maxi, "Has demostrado lo duro que es este reto, has llegado muy muy lejos, y sobre todo, ya has puesto el listón". Es cierto que no he sido el primero en el mundo en completarlo, pero he sido el primero en el mundo en llegar hasta ahí, 236km y 21 horas.

Lo que más me ha hecho saltar las lágrimas ha sido el pensar en todos y cada uno de vosotros, desde los primeros sponsors que se volcaron conmigo aún cuando sólo era una idea en mi cabeza hasta los más recientes. Me ha hecho saltar las lágrimas recordar el vídeo que me hicisteis con vuestro apoyo. Me ha hecho saltar las lágrimas recordar todos y cada uno de los comentarios que me habéis transmitido, desde el blog o el twitter a un simple "me gusta" por el facebook o mensajes al móvil. Me ha hecho saltar las lágrimas el ver las miles de personas de alcance que tenían las noticias sobre el reto gracias a vosotros. Me ha hecho saltar las lágrimas que mi cuerpo no haya sido capaz de aprovechar todos vuestros ánimos y apoyo. Vosotros habéis hecho que yo saliese en la radio, en las noticias, que me sienta como todo un profesional cuando soy un simple mecánico.

Hill!!! al Límite nació como idea de llevarme a mi y a los medios que uso al límite, pero me ha servido para darme cuenta de que vosotros, MI GENTE, si que no tenéis límites. Me llevo una experiencia increíble de Lanzarote, como ciclista, como deportista, como aventurero... Me llevo grandes amigos nuevos como Justo, Maxi y la gente de TriPasión. Me he dado cuenta de que mis amigos de siempre son mucho más que amigos, que mi familia es increíble, y de muchas cosas más. De todo se aprende y yo he aprendido mucho con esto.

Me voy de Lanzarote con una retirada, pero con la cabeza alta. Seguiré buscando mis límites en otros proyectos y os aseguro que mi reto Vulcan Bike Pedales de Lava Non Stop no se va a quedar en el kilómetro 236, volveré algún día y lo terminaré. Solo espero que sea antes de que alguien lo consiga primero.

Una vez más, pero hoy en mayúsculas...

GRACIAS POR ESTAR AHÍ!!!